El carácter que van armando nuestros hijos en su niñez y adolescencia muchas veces suele ser tema de discusión entre padres e hijos. Discusiones que pueden o no conducir a algo, pero que es bueno detener a tiempo. Las conductas rebeldes de los niños pueden ser causa de varias cosas, no siempre hay un único factor para que se comporten de esta forma pero es bueno de todos modos poder detectarlo.
La paciencia es una de las mayores aliadas de los padres en estas situaciones. Solamente junto a ella podrán lidiar con el carácter rebelde de un hijo. Esto es importante de destacar ya que son varios los padres que suelen angustiarse tras verse desbordados por las situaciones que se generan con sus hijos. Pero la rebeldía muchas veces es parte de un proceso que es el crecimiento y por el que hay que pasar.
No significa que los niños tengan padres que no sepan educarlos ni criarlos, ese no es el camino y allí no se encuentra la respuesta. La rebeldía suele ser el resultado de conflictos internos que los niños puedan tener, miedos, desconfianza, inseguridad o quizás hasta desprotección. Por esto es importante tener una buena relación con los ellos, estar cerca suyo y compartir momentos juntos. esto contribuirá a que encontremos el motivo de su rebeldía mucho más pronto.
Es correcto que los niños tengan sus grupos de pares, que aprendan y se enriquezcan con otros niños, que jueguen, que no se mantengan aislados en un ordenador o frente al televisor. Esto los despejará, les hará adquirir otra paciencia, conocer diferentes actividades y relacionarse los hará mucho más tolerantes con respecto al otro y de a poco terminarán con su etapa rebelde, que quedará en un simple recuerdo.