El hecho de ser hijo único a muchos niños les puede parecer a primera vista algo que les hace afortunados.
Son niños que reciben el cien por ciento de la atención de sus padres, tanto la atención como todos los gustos que deseen darse, su tiempo, algo invalorable y otras tantas cosas que los padres le brindan a ellos, sin tener otra persona a la cual dedicarse. Pero a otros niños, pude parecerles una desventaja.
Algunos desean tener un hermano menor, con el cual jugar, compartir su tiempo, compartir amigos y en general, que sean parte de su vida. Claro está que ambas cosas son positivas, se deben tratar con cuidado y respeto, y en ambos casos hay que hablar todos los temas con el niño. En caso de que vaya a ser hijo único, tratarlo de forma correcta como se lo merece, pero sin llegar al punto de que pueda creerse total “dueño del mundo”, en estos casos pueden generar conflictos en su hogar.
También es importante aclarar que el hecho de tener hijos únicos no contribuye a que el niño sea más “malcriado” que otros niños. Esto cabe aclararlo dado que existe el mito de que los niños suelen creerse el “centro del universo”, y no es así.
Según recientes estudios, los hijos únicos suelen ser tan capaces, y con el mismo carácter que los hijos que tienen uno o varios hermanos. Muchos son los padres que se cuestionan si desean tener o no otro hijo, si tener un hijo único o si tener varios. Al momento de decidir ponen en la balanza un sinfin de cuestionamientos para saber si finalmente darán un hermanito a su hijo. En estas decisiones muchas veces influye pensar si los niños se desarrollarán mejor en su vida con un hermano a su lado o no.
Como indicábamos, lo cierto es que no existe influencia alguna que determine el correcto desarrollo de los niños en caso de tener hermano o ser hijos únicos, por lo que el hecho de tener un hijo o varios, debe ser un mero deseo que puede convertirse en realidad sólo so los padres lo desean.